Autores: Estefan Garfias Janette, Zuñiga Armendáriz Vicente A
La enfermedad renal crónica (ERC) fue un padecimiento mortal hasta finales de la década de los cincuenta, cuando se propagaron los métodos dialíticos y el trasplante renal; esto permitió que la sobrevida del enfermo con ERC se prolongara y se evitara la muerte por uremia; sin embargo, inherente a la sobrevida se presentó aumento en las enfermedades cardiovasculares (ECV), cuya incidencia puede llegar a ser hasta 100 veces mayor que en la población general. La ECV es la principal causa de muerte en pacientes en programas de diálisis a nivel mundial. La etiología de la ECV en pacientes con ERC es compleja y puede resultar de un incremento de los factores clásicos de Framingham: hipertensión arterial, Diabetes Mellitus, trastornos en el metabolismo de los lípidos, edad avanzada y a factores inherentes a ERC como sobrecarga hídrica, anemia, metabolismo anormal de calcio y de fósforo, hiper homocisteinemia, incremento del estrés oxidativo, con reciente enfoque en el proceso inflamatorio, ya sea por factores relacionados a la diálisis como el uso de filtros no biocompatibles y mala calidad del agua del dializado y por factores no relacionados a la diálisis como infecciones. La reducción de la función renal per se, se asocia a una mayor respuesta inflamatoria con mayor concentración plasmática de citoquinas y de biomarcadores inflamatorios. La inflamación a su vez, juega un papel determinante en las calcificaciones vasculares e hipertrofia del ventrículo izquierdo mediada no solo por proceso pasivo de precipitación de productos solubles de calcio, sino además, por un proceso activo y regulado, que simula la osteogénesis, con osificación de la pared de los vasos e incremento de la infiltración de macrófagos y de monocitos por mecanismos independientes. Otro elemento importante en ECV de los pacientes con ERC es la anemia, facilitada por la desnutrición y toxinas urémicas, que producen disminución de la vida media del eritrocito, con anoxia tisular e incremento del estrés oxidativo. La mejoría en el estado nutricional y el bloqueo de los factores tóxicos y pro-inflamatorios específicos, reducen las lesiones cardiovasculares y renales y permiten la mejoría de la función de los órganos afectados. Cuando la ECV es severa, puede requerir de intervención quirúrgica o angioplastía, con alto riesgo de re-estenosis. Por lo tanto, la referencia temprana al nefrólogo permitirá al paciente una mejor calidad de vida y la oportunidad de trasplante renal oportuno, si es necesario.
Palabras clave: Enfermedad renal crónica enfermedades cardiovasculares anemia.
2005-06-08 | 2,423 visitas | 1 valoraciones
Vol. 26 Núm.1. Enero-Marzo 2005 Pags. 17-26 Nefrol Mex 2005; 26(1)